¿Por quién lloran mis amores?
El Maestro Tino Fernández y la dramaturga Juliana Reyes con la compañía de danza contemporánea L’explose en el Primer Festibienal de Bogotá presentan una de sus primeras obras juntos ¿Por quién lloran mis amores?, una pieza unipersonal en la que Tino dispone el escenario con cuatrocientos vasos de cristal ideados para potenciar la teatralidad en el cuerpo al obstaculizar el movimiento.
Inicialmente la obra fue creada con la bailarina Lina Gaviria, después se remontó con Marvel Benavides y actualmente con Luisa Hoyos, quien reconoce un gran aprendizaje para las tres artistas especialmente en el control de la escena y la conciencia corporal que se requiere para ampliar o disminuir el despliegue del movimiento.
«Los sonidos experimentales la desvisten y llenan de energía, acentúan sus pisadas y el escenario parece convertirse en su guarida. La bailarina salta extenuada, aterriza con elegancia, se arrastra. Construye y deconstruye»
En la obra hay una tensión constante entre la agitación y la quietud, entre la explosión y la contención. Cada cuadro, cada gesto podría ser parte de una historia fragmentada que plantea una pregunta sobre la fragilidad de la vida, donde la posibilidad de la caída de un vaso se convierte en un signo poético, en palabras de Juliana “ella iba haciendo una narración que no nos interesaba que el público leyera porque era más como un pretexto para que llevara un hilo conductor muy nítido”.
Los sonidos experimentales la desvisten y llenan de energía, acentúan sus pisadas y el escenario parece convertirse en su guarida. La bailarina salta extenuada, aterriza con elegancia, se arrastra. Construye y deconstruye. Tumba algunos vasos, los levanta, los apila, los aparta y se convierten en estruendo y mil pedazos.
El dominio del cristal como material y como símbolo demuestra apropiación y organicidad en la puesta en escena donde el cuerpo puede pasar del sufrimiento contra el piso, a la liviandad de acostarse sobre una cama de cristal.
¿Por quién lloran mis amores? es una muestra exquisita de la personalización que detona Tino Fernández con los bailarines al sacarlos de la comodidad de una rutina coreográfica para situarlos en nuevos retos teatrales.
Fotografía: Andrés Galán / jhonangel2080@hotmail.com
